Últimamente existe un concepto que está ganando protagonismo por su creciente presencia en la vida de muchísimas personas y es el concepto del juego. Ahora bien, hay que tener en cuenta que para hablar del juego lo primero es delimitar el propio concepto y realizar ciertos matices ya que en nuestra cultura el juego puede englobar diferentes conductas desde las apuestas de cualquier tipo hasta una partida de “pilla pilla” en el patio de un colegio pasando por los juegos a los de consola. Cada modalidad tiene unas características, unas aportaciones, y una parte negativa que conviene conocer para analizar de forma crítica el tema.
Una buena idea para aclarar términos podría ser importar algunos de ellos del inglés ya que en este idioma sí existe esta diferenciación entre juegos de azar y los juegos tradicionales lo que da lugar al Gambling vs Gaming.
¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS?
En primer lugar si hablamos del Gaming nos estamos refiriendo al juego de toda la vida al cual se juega sin apostar, por lo tanto con una motivación intrínseca ya que lo que satisface del gaming es el juego por sí mismo y el hecho de que haga divertirse o pasárselo bien a la gente que juega.
Por otro lado, su contraparte sería el Gambling, el cual se caracteriza sobre todo porque se apuesta dinero y por lo tanto la motivación para llevarlo a cabo no sería igual que en el gaming, sino que en este caso hablamos de una motivación extrínseca al ser un estímulo externo (la posibilidad de ganar dinero) el que incentiva la conducta.
Hay una serie de características comunes en todos los juegos de azar:
- La tarea consiste en la predicción de un evento sobre el cual no se tiene posibilidad de control.
- Es imposible saber con certeza a priori cuál será el resultado en la jugada inmediata
- Sobre la aparición de dicho evento se apuesta dinero o bienes materiales
Además conviene señalar que después de un suceso o secuencia no aumenta la certeza sobre un futuro evento por lo que en cada predicción tenemos siempre las mismas probabilidades de acertar. Por ejemplo, la probabilidad de acertar el número que sale en un dado se tire una o mil veces va a ser siempre de ⅙.
Por su parte el Gaming depende de la habilidad de la persona que juega en mayor o menor medida y por lo tanto esta deja de ser un sujeto pasivo que observa lo que ocurre y pasa a hacer que ocurra, de ahí la motivación intrínseca. El peligro de esto es que con la motivación aumenta el compromiso también y además el juego cada vez requiere más dedicación y pueden llegar a surgir adicciones incluso sin el incentivo externo del dinero.
¿CUÁNDO NOS ENCONTRAMOS FRENTE A UNA ADICCIÓN?
Las adicciones a las que nos referimos tienen unas características concretas que es importante identificar y delimitar y son lo que la OMS califica como conductas repetidas que el adicto lleva a cabo de forma periódica o continua y con un deseo compulsivo. Por lo tanto, existe una predisposición a conseguir aquello que sea necesario para llevar a cabo la conducta en cuestión (en el caso del juego patológico el dinero, en otros casos una determinada sustancia) utilizando cualquier medio para ello. Además existe una enorme dificultad o incapacidad de interrupción voluntaria de la conducta problema y esta provoca un malestar significativo en la persona adicta o una interferencia en la vida cotidiana de la misma ya sea en el ámbito familiar, social, laboral…
Teniendo todo esto en cuenta, contamos con unas mínimas nociones para identificar qué tipos de juego pueden ser peligrosos y cuándo tenemos un problema delante para poder así centrar la atención en los mismos, abordando de forma más específica el juego perjudicial y potenciando el juego que sí tiene algo bueno que aportar.
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