A menudo, con lo demandante que es el trabajo de educador y los pocos recursos con los que se cuenta, es común entre los profesores sentirse desgastado, cansado, hastiado con el trabajo…; este fenómeno es conocido como burnout o quemado profesional. El quemado profesional contempla tres facetas: el agotamiento emocional, la despersonalización de los alumnos y una reducida eficacia profesional. A largo plazo, este sentimiento de cansancio con el trabajo puede desencadenar en una salud pobre, o incluso en una pobre percepción de nuestra habilidad como docentes.

Sin embargo, cuando logramos ver nuestro trabajo como una tarea menos demandante y hacemos uso de nuestros recursos como profesores, nos sentimos implicados con nuestra institución, más energéticos para hacer nuestro trabajo, con más ganas. Nos volvemos más creativos a la hora de dar ideas para mejorar el ambiente del colegio y no nos cuesta nada ofrecernos como voluntarios para lo que haga falta. Estos sentimientos de vigor y dedicación con nuestra escuela conforman un sentimiento de involucramiento en la misma. A la larga, este involucramiento nos lleva a sentirnos comprometidos con la institución, y esto está siempre asociado a un sentimiento de satisfacción tanto con nuestro puesto de trabajo como con nuestra labor como docentes.

Hemos querido mostraros un pequeño esquema de cómo funcionarían todos estos factores en conjunto:

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Como se puede ver en el esquema, las demandas del trabajo y los recursos del trabajo están inversamente relacionados; es decir, cuantas más recursos del trabajo percibimos, menos demandas creemos tener.

Además, las demandas del trabajo afectan al quemado profesional o burnout de forma que a más demandas, más quemados nos sentimos. A su vez, este sentimiento de quemado acaba afectando a nuestra salud, generando problemas relacionados con la salud a medida que aumenta el sentimiento de burnout.

Por otro lado, los recursos del trabajo afectan de manera positiva al involucramiento en la escuela, aumentando este de forma que aumentan los recursos de los que disponemos. Al mismo tiempo, el involucramiento afecta al compromiso con la escuela de forma que tanto más compromiso con la escuela se siente cuanto más involucrados estamos en ella.

Finalmente, cabe destacar que los recursos del trabajo, aparte del papel que juegan en cuanto al involucramiento, también afectan al burnout o quemado profesional, reduciéndolo. Este efecto es de gran importancia ya que el propio quemado profesional disminuye el sentimiento de involucramiento en la escuela así como el compromiso con la misma.

[quote align=»center» color=»#999999″]Agradecemos a nuestra becaria Irene Fernández la elaboración de este post. Para ello se ha apoyado en un artículo escrito por Hakanen, Bakker y Schaufeli en 2006 (Burnout and work engagement among teachers) y en otro escrito por Tadić, Bakker y Oerlemans en 2013 (Work happiness among teachers: A day reconstruction study on the role of self-concordance).[/quote]