Una clave de éxito ante cualquier intervención a realizar es el hecho de contar con un sólido punto de partida. Se trata de una labor de diagnóstico e identificación de necesidades previa, en la que se valore el nivel de la situación existente, como punto de partida para la intervención a realizar, ya sea por elevarlo o por impedir su deterioro.

El curso se centra en la detección temprana de aquellas conductas de riesgo adolescentes y juveniles que generan más preocupación por su mayor probabilidad de aparición y por la potencial gravedad: las derivadas de los consumos de drogas, del juego de apuestas y las vinculadas con el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y videojuegos.